La agricultura en Sinaloa enfrenta en 2025 un panorama complejo, marcado por una severa crisis hídrica y desafíos económicos, aunque sigue siendo un pilar fundamental de la economía estatal y nacional. A continuación, un resumen detallado basado en la información disponible:
Fortalezas y producción
- Liderazgo agrícola: Sinaloa es un referente nacional en la producción de alimentos, con más de 12 millones de toneladas anuales, valuadas en aproximadamente 80 mil millones de pesos. Es el principal productor de maíz blanco (6.59 millones de toneladas en 2023, 29.9% del total nacional), jitomate, frijol, y líder en tomate verde (146,325 toneladas en 2023). También destaca en chile verde, papa, mango, y hortalizas como pepino, berenjena y pimiento.
- Superficie agrícola: El estado cuenta con 1.55 millones de hectáreas agrícolas, de las cuales 750 mil son de riego y más de un millón de temporal. En 2023, se cultivaron 1.02 millones de hectáreas, produciendo 12.39 millones de toneladas.
- Exportaciones: Sinaloa exporta 1.5 millones de toneladas de hortalizas al año, principalmente a Estados Unidos (87% de la producción de tomate), Canadá y Francia. Productos como mango, tomate y pepino son clave en mercados internacionales.
- Innovación y eventos: La Expo Agro Sinaloa 2025, inaugurada en febrero, es un foro clave para negocios y capacitación, destacando la vocación innovadora de los productores.
Desafíos principales
- Crisis hídrica: Sinaloa enfrenta una sequía histórica, con presas al 9.2% de su capacidad a marzo de 2025, según la Conagua. Embalses clave como Luis Donaldo Colosio, Adolfo López Mateos y José López Portillo están entre 3% y 9% de capacidad, afectando cultivos como frijol y garbanzo, que presentan estrés hídrico y rendimientos bajos. Esta situación amenaza la planificación del próximo ciclo agrícola.
- Impacto económico: La sequía ha reducido la producción, incrementando precios de alimentos y afectando a familias de bajos ingresos. En 2022, el 65.9% de las unidades agrícolas reportaron pérdidas por sequía, y la situación persiste. Además, se estima una caída en la producción de 4,789 toneladas entre 2023 y 2024, con el valor de producción disminuyendo.
- Precios bajos y coyotaje: Los productores enfrentan precios bajos para cultivos como maíz, frijol, garbanzo y trigo, lo que los deja a merced de intermediarios («coyotes»). Esto ha generado protestas y demandas de intervención gubernamental.
Iniciativas y apoyos
- Modernización de riego: Como parte del Plan Nacional Hídrico 2024-2030, se modernizan los Distritos de Riego 075 (Río Fuerte) y 010 (Culiacán-Humaya), beneficiando a 14 mil usuarios con la tecnificación de 50 mil hectáreas. La inversión federal asciende a 13,521 millones de pesos, complementada por aportaciones de agricultores.
- Programas de apoyo: El Programa Fertilizantes para el Bienestar y el Programa de Precios de Garantía para granos básicos continúan, aunque algunos productores reportan insuficiencia de apoyos, especialmente para el sector camaronero. En Mazatlán y Ahome, se habilitarán centros de acopio de Liconsa para leche con precios de garantía (45 mil litros diarios).
- Gestión estatal: El gobierno de Rubén Rocha Moya ha gestionado ampliaciones de plazos para la comercialización de maíz y dispersado 40 millones de pesos en apoyos a más de 1,900 productores rurales, junto con asesoría técnica.
Perspectivas
- Diversificación: Se propone diversificar la economía hacia el turismo (Mazatlán), procesamiento agrícola (alimentos enlatados/congelados) y energías renovables (solar) para reducir la dependencia agrícola.
- Sostenibilidad: La sequía y el cambio climático exigen un manejo más eficiente del agua. Aunque se han tomado medidas, como reconoció Marte Vega Román (CAADES), no han sido suficientes, y la recuperación depende de lluvias inciertas.
- Soberanía alimentaria: Sinaloa es clave para la autosuficiencia en maíz blanco no transgénico, con un rendimiento promedio de 11.7 toneladas por hectárea, según el Censo Agropecuario 2022.
Conclusión
A pesar de su liderazgo agrícola, Sinaloa enfrenta retos críticos por la sequía, bajos precios y reducción de apoyos, que afectan la producción y el empleo. Las iniciativas de modernización de riego y programas de apoyo son pasos positivos, pero la sostenibilidad del sector requiere estrategias integrales para enfrentar la crisis hídrica y diversificar la economía. La vocación productiva y la innovación de los sinaloenses, destacadas en eventos como la Expo Agro, son fortalezas clave para superar estos desafíos.
